Idioma
La palabra desnuda
como un ojo clavado
en el océano de luz
del otro cuerpo.
El puñal
en una víscera de luz,
sufrimiento de la hierba
para entender sus tentáculos.
Explosión del agua
demoniaca como tú.
La palabra
como un dique de espuma.
El acero o la piedra del poema
contra todos los demás sonidos.
Ira
Inauguro un ámbito sin límites
donde amplío mis brazos hasta que me los arranco.
Mientras se desprenden los paneles de la ley
lleno el vaso de plasma y de orquídeas,
me convierto en una espina gris
que horada el centro del cielo,
lo azul me secuestra desgajándome,
irisados infinitos se abren sobre mí,
yo un glaucoma de mí mismo,
alzándome como un sol,
cataplasmas negras para mí,
como apósitos mojados de rana,
desapruebo andar por algo que no sea el tiempo,
combino las letras a mi antojo
para que desaparezca el niño,
se licuen mis órganos,
me recorro como una hormiga sin patas,
resulto difícil de explorar,
el vello, la erudición,
me siento ebullir
metamórfico mientras atrapo moscas.
Moscas que se me parecen
y que me regalan élitros,
una plateada ofrenda sobre una hoguera ritual,
en la que mis cejas sean el combustible.
Mendrugo
Amor tortuoso.
Espina bífida del amor.
Convicción del pasado con barba,
poblada de erizos.
La experiencia del enano
junto a la tortuga enamorada fluye
y tú procuras no pisar.
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