Midnight Radio
No consigo que el apagador de luz junto a la cama
alumbre el torso de la mujer que duerme
a mi lado entre papeles.
No consigo que la luz
deje ver los pliegues de su cuerpo malherido
por el paso de dosis industriales
de alcohol y cocaína.
Es inútil.
Dejo el apagador de luz y paso al radio,
sintonizo su cuerpo
en la región más cálida
y subo el volumen
hasta que en el 204
su calor puede escucharse.
Esta mujer que se despierta,
que camina por el cuarto
sin reparar en lo que incendia
es la salvación del día,
el reducto final de la semana.
I cant help falling in love with you
A tientas
busco entre las sábanas
un cuerpo que simule levemente amor.
Un gajo de piel que por olvido
o distracción
haya quedado oculto
en los resquicios de la cama.
Estiro el brazo
y volteo la cabeza
rehusando constatar
que se ha marchado, que otra vez
he quedado al amparo
de las hormigas que de noche en la bañera
hacen un jardín con la basura
que recogen de la cama.
Qué desconsolador se vuelve todo.
El teléfono
ha timbrado tres veces
y esperan que responda
para pedirme
que abandone el cuarto
o pague de corrido una semana.
No puedo sino encender la tele,
y buscar algún canal que ayude
a descargar mi amor
en la penumbra.
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